Sharanagati

(Conferencia de B.K.Tirtha Maharaj, el 25.02.2007, Sofía)

“Aunque   considerases que el alma (los síntomas de vida) nace y muere sin cesar, a pesar de ello,  no tienes razón en afligirte, ¡o, Poderoso de Brazos!” *
El problema que se está debatiendo es la posición del alma, su eternidad. Y siempre a lo largo de esta plática Krishna viene explicando los distintos aspectos del alma  espiritual. Ya había dicho anteriormente que no sería posible dañar al alma, que ella no nace ni muere  – que es eterna, omnipresente en todas partes, invisible, inimaginable e inalterable. No hay pues ninguna razón de aflicción. A pesar de que el cuerpo tuviese sus límites, el alma goza de eterna perfección.  Y recita luego Krishna el verso siguiente:   “Aunque considerases que el alma nace y muere eternamente  – que durante todo el tiempo gira  sobrevolando entre dos extremos  – a pesar de ello no hay  razón en afligirse.”
Si ésta es la regla irrevocable – que el ser vivo nace y muere sin cesar y esta ley permanece tras siglos y siglos – aquí tampoco hay razón en afligirse. Puesto que la regla es constante y por lo tanto irrevocable, cualquier cosa que se haya ido, volverá de nuevo.
Y el verso siguiente reza: “Quien haya nacido,  morirá con toda seguridad. Y luego de morir, volverá a nacer. Por esto no debes afligirte con tal que hayas cumplido irrevocablemente  con tu deber.”
Y nosotros pues, ¿hemos nacido? Terminemos entonces la segunda mitad de la frase. La primera parte nos guste: ¡hemos nacido! Nos resulta más difícil enfrentarnos a la segunda parte de la sentencia: debemos aceptar asimismo la muerte. Sin embargo, mientras pensemos que la realidad del cuerpo es una realidad definitiva, enfrentarnos cara a cara con la muerte nos resulta realmente  doloroso y horrible. Porque nuestro cuerpo es la expresión de nuestra  justificación  mental. Habéis obtenido lo que habíais pedido – no hay que culpar a otra gente.
Por lo tanto, para los que están en búsqueda de su identidad espiritual, este problema resulta de solución más fácil, ya que cualquier cosa vuele al  sitio de donde ha sido recogida. El cuerpo material fue recogido de la materia y volverá a la materia.  El alma fue recogida de la Alma Suprema  y volverá a la Alma Suprema. La vida proviene de la vida, la conciencia se origina por la conciencia y el amor viene del amor. Esta es la gran ecuación de la existencia.
Quien haya nacido, morirá irrevocablemente. Luego, después de la muerte indudablemente volverá a nacer. De tal modo la muerte no es el final, sino la transición o la puerta que lleva a otro nivel de existencia. Es cierto que en un sentido la muerte es el fin, pero también es el comienzo. Es igual en absoluto a la conciencia cuando dormimos y al despertar. El despertar es la  transición entre el sueño y el estado despierto, ¿no es cierto?  Hay estados y transiciones. La vida de mucha gente es comparable a un estado despierto, mientras que para muchos la muerte es como un sueño, como un sopor. ¿Y cuál es la transición entre la vida y la muerte? Es el deceso, el morirse. ¿Morirse es algo como dormirse, no? Si consideramos esta historia por un lado, ¿cuál es el otro lado – el trayecto desde la muerte hacia la vida o no? ¿Cómo lo llamaremos?  Nacimiento o reencarnación – podemos llamarlo – y es, será como un despertar. Por esto, ¡dejad de afligiros! Viviendo o muriendo, da igual – ¡no hay lugar de pena ni aflicción! La eternidad  siempre es  presente, es nuestro amigo, nuestro buen amigo.
“Por esto no debes afligirte con tal que hayas cumplido irrevocablemente  con tu deber.”
Arjona era un guerrero, debía enfrentarse cara a cara tanto con la vida como con la muerte. Por esta razón el problema que se le planteaba era serio y grave: ¿Quién  debe morir y quién  debe sobrevivir? ¿Qué es vida y qué es muerte? En la mayoría de los casos nosotros no somos guerreros ni combatientes. Alguien puede ser alborotador callejero, otros se dedican a juegos estratégicos en sus ordenadores paro allí es difícil encararse realmente a los problemas de la vida y de la muerte. Porque, al quedarte sentado frente a tu ordenador,  adquieres en fin de cuentas un estado específico – el vacío. No estás despierto ni tampoco estás soñando- simplemente estás ausente. No podemos enfrentarnos de este modo a los verdaderos problemas de vivir y morir, de la existencia y del deceso.
Los maestros míticos, guru, dicen a veces: “¡О, queridos míos, vuestra conciencia despierta es exactamente igual al, al sueño profundo! Sólo os parece estar  despiertos  pero en realidad estáis durmiendo profundamente.”
Es por esto que, aun si estuviésemos en estado despierto, debemos despertarnos para llegar a un nivel superior y espiritual de conciencia.
¿Quién no ayudara? Cuando estáis durmiendo el despertador os ayuda a adquirir otra conciencia de la realidad. Por medio de su sonido el llega a cambiar su conciencia. Del mismo modo y por nuestra suerte tenemos nuestros despertadores personales  que desprenden un sonido espiritual para despertar nuestra conciencia. ¿Y quién es este despertador? Es la autoridad espiritual. Esta autoridad  desprenderá un sonido divino para trasladarnos de un nivel de conciencia a otro. Esto será un despertar espiritual y mental.
Talvez hubierais tenido un sueño agitado, una pesadilla pero al despertar ya no le hacéis caso. Descuidáis pues sabéis bien que no ha sido más que un sueño – los sueños,  sueños son. Ha sido algo como un sueño pesado – no, no es ni puede ser verdad  y se desvanecerá como un sueño. Del mismo modo, al llegar a un nivel despejado  de la conciencia, todo lo que habíamos vivido o sentido anteriormente ya nos parece como un sueño pesado, nada más que un sueño. Ahora pensamos que todo lo que estamos percibiendo es pura realidad. Pero no hay que olvidar: esto no es más que simple truco de la ilusión. Esto noexiste.
El vocablo maya, ilusión significa „ no esta cosa”. Parece verdadero y real pero no lo es. Es un sueño.  Y en este pretendido estado„normal”  de la conciencia, si llegáis a encontrar bhakti, ellos os hablarán  de otro nivel y vosotros diréis:   “Que no, queridos, vosotros vivís en los sueños. Lo que estáis diciendo no es más que un sueño. ¡¿Belleza?! ¿Armonía?!¡¿Servicio desinteresado?! ¡¿Un Dios que está bailando y cantando?!  Ya está todo bien clarito – vosotros vivís soñando. Nos relatáis cuentos de unos…¡¿ladrones de oro?! No, es verdad que vivís soñando.” Pero ellos dicen: “¡No, no y no! ¡Es la verdad!”
Por esto resulta tan difícil la comunicación entre gente  con distintos niveles de conciencia.  La realidad objetiva es demasiado subjetiva. Sin embargo hay alguien que pone en escena y dirige el juego, la presentación de  la función. Krishna toca su  flauta y todos bailan en el ritmo de la melodía.

*„Bhavagad Gita ”2.26