Sharanagati

Collected words from talks of Swami Tirtha




„ Algunos consideran que el alma es  asombrosa, otros la describen como asombrosa, otros terceros oyen hablar de lo asombroso que es el alma, mientras que hay personas que luego de haber oído hablar del alma, nunca llegan a comprenderla.”[1]

El segundo método descrito arriba es: “Otros la describen como asombrosa ” Por supuesto ellos hablan de la asombrosa belleza  del alma. Es una actitud más activa. Lo primero es observación o más bien meditación pasiva. La descripción y luego la glorificación  constituyen un principio activo. Ya lo hemos comentado  la última vez en India en Wrindavana. Por las tardes los templos están cerrados porque Krishna toma su siesta de descanso. Es su hábito diario, por esto hemos tenido que esperar delante de un templo. En la plácida tarde había muy poca gente alrededor del templo. Había una mujer de cierta edad que tomaba el sol y un hombre que hacía su faena. Este  se puso a describir  a Krishna y la relación amorosa entre Radha y Krishna. En los comienzos casi no había oyentes. Entonces él comenzó a dirigir sus palabras a la mujer que tomaba el sol y contó cómo el amor de Radica era exactamente igual al amor de Krishna  – esta tarde esto fue toda una conferencia –  a veces  citaba algún verso describiéndolo todo con mucha énfasis, hablando prácticamente a nadie.

Con que – por una parte hay que describir la asombrosa belleza del alma y por otra parte – hay que escuchar, ya que  “Otros terceros oyen hablar de lo asombroso que es el alma.”

Shravanam-kirtanam , glorificar y escuchar. Estas son las modalidades para dar a entender algo – describir y escuchar. Se dice también que puedes explicar algo sólo si tú mismo comprendes bien el tema. Y es verdad que si no comprendemos algo, tampoco podemos explicarlo ni ensalzarlo. De ello nos damos cuenta a veces comunicando con niños o con gente que siempre están preguntando algo: comprendemos cómo la pregunta nos ayuda a comprender mejor a nuestra vez.

La descripción fortalece la fe. También la atenta audición  la fortalecerá aun más. Ya conocéis la historia… Perdonad que  yo siempre esté citando distintas historias para facilitar la comprensión. Contar historias es síntoma de Kali-yuga. Ya que en esta época la gente es algo tonta, no llega a entender la filosofía suprema, le entran ganas de dormir. Sin embargo, en una historia puede haber intriga y también se puede divisar un mensaje. Se trata pues de la descripción…“ellos describen  lo asombroso del alma” y a través de la descripción podemos fortalecer nuestra fe.

Bueno pues, érase una vez un ladrón. Se le ocurrió la idea: “Tengo que robar en esta casa de ricos en medio del gran jardín.”  Decidió penetrar allí por la noche, se deslizó cautelosamente en la casa, cogió unas prendas de valor y se escapó. Pero hizo ruido mientras corría escapándose y los guardias echaron a correr  tras él. El jardín era  bastante grande  y él tuvo que correr mucho tratando de huirse. Entonces se le ocurrió otra cosa: “Ah, no podré pasar encima del muro, por seguro me  cogerán, ¿qué voy a hacer?”

En fin de cuentas decidió:” ¡О! Aquí, en el jardín cuelga un trozo de tela de color naranja. Me envolveré  la cabeza con la tela como con un turbante y me sentaré debajo de los árboles fingiendo  la meditación.”  Mientras estaba corriendo había echado ya las prendas robadas,  de  modo que  decidió sentarse  como un auténtico sadhu. Vinieron los guardias y preguntaron: “О swamiji,  está bien que estés sentado aquí meditando, pero ¿no has visto por aquí a algún ladrón? “  El respondió: “Sí, ¡acaba de escaparse por ahí!”

Por lo tanto como es sabido, cuando estás fingiendo  ser un sadhu,  también hay que comportarse  como un sadhu. Al día siguiente algunos campesinos vinieron a visitar al santo hombre, algunos venían con sus hijos: “Da tu bendición a mi hijo”,  otros venían para pedir consejo:   “Dime qué opinas de eso y aquello, en qué consiste tu doctrina secreta, revélanosla, por favor… ”

De modo que el ladrón se puso a dar instrucciones espirituales. En cuanto le trajeran  algún nene, él decía: “¡Hare Krishna!” En cuanto viniera otra gente, le decía: “Compórtate bien, no robes, siempre di la verdad.” Así que  se vio obligado a actuar como un auténtico santo. Se puso a describir la  asombrosa belleza    de Dios y del alma. Y ved bien lo que ocurrió: él llegó a transformarse en sadhu.  Abandonó su vicioso hábito de robar y desvalijar – y esto no sólo por el hecho que ya tenía mejores ingresos y un empleo seguro y sin peligro – su empleo consistía en dar buenos consejos. Ya comprendéis, la gente le traía chapati – algo de arroz, algo de eso o aquello – y su business  se desarrollaba de lo mejor. No, no se trata sólo de estas cosas. Mientras estaba hablando, él mismo se dio cuenta de lo que era bueno y lo que era erróneo.

Del mismo modo nosotros debemos estar listos a describir la asombrosa belleza de Krishna. Porque de este modo la comprenderemos mejor acercándonos a ella. De todos modos, al decir a la gente o a vuestros amigos: „ ¡Yo también tengo que entregarme y dedicarme a El!” Hablando de esto con asombrosa belleza, los otros se aprovecharán de  la bienaventuranza de oírlo.



[1] „Bhagavad-gita” 2.29



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