Sharanagati

Sin duda alguna, mucha gente necesita respaldo y tal vez a un guía en varios niveles. Por otra parte la acción es materia complicadísima y por esta razón hasta para los más sabios resulta dificultoso definir lo que es o no es correcto. Kim karma kim akarmeti kavayo ‘py atra mohitah[1] – Incluso un kavi, un sabio, puede quedarse perplejo decidiendo qué es lo que hay o no hay que hacer. Por lo tanto, siempre que tengáis una meta definida, habrá un camino bien definido para adquirirla y para otra meta habrá otro camino. Cuando uno se proponga ir a Plovdiv encaminándose hacia Montana, no acabará por llegar. Y el camino de vuelta será demasiado largo. Cuando uno se propone adquirir una vida divina, tendrá que ir siguiendo el proceso divino. Allí nos enseñarán: haz esto, no hagas aquello. Esto debemos aprenderlo de una autoridad espiritual que nos ayudará en el camino. ¿Cómo se le llama?

Respuestas: Gurú.

Tirtha Maharaj: Entonces gurú va a decir: “¡No eructar!”, ¿verdad? O tal vez se ponga a dar instrucciones elementales. A veces necesitamos ciertas directivas. No escupir. Y particularmente no hacerlo hacia arriba. .¿Qué es lo que ocurrirá cuando uno se ponga a escupir hacia arriba? El escupitajo se le devolverá. De modo que no hay que escupir hacia arriba. Y tantas otras instrucciones y directivas que deberá proporcionarnos nuestra autoridad espiritual. Elementales, intermediarias, superiores, a largo o corto término, materiales, intelectuales, espirituales.

Recientemente he oído hablar de una importante reunión, cuando miles de estudiantes acudieron a un gran maestro. Aquel maestro daba un darshan personal. Los estudiantes acudían y se prostraban en los pies del maestro planteando sus tristes historias. “Estoy desempleado.” El maestro dijo: “¿Y qué puedo hacer yo? Al siguiente.” “No tengo esposo.” “¿Y qué puedo hacer yo? Al siguiente.” “ Yo tengo esposo. ¿Qué tengo que hacer?” “No sé. Al siguiente.”

¿Qué preguntas se os ocurre plantear cuando ya tenéis una oportunidad? Debemos ser razonables cuando preguntamos y entonces el maestro espiritual tratará de aleccionarnos del mejor modo posible poniéndonos al alcance de la ciencia espiritual. Si aspiráis adentraros en los niveles superiores de la formación espiritual, ello significa que debéis buscar celosamente y con mucha decisión. Y debéis acumular ciertos tesoros espirituales tales como saber, renunciación, adquisiciones espirituales. Apenas entonces, con cesto repleto de maravillosas perlas de espíritu, ya podéis acudir a vuestro maestro espiritual o a algún visionario para que ése os revele la verdad y llegue a activar todos los tesoros acumulados. Este será el roce especial, mágico y espiritual sobre todos los méritos espirituales ya reunidos y acumulados.

Por una parte: vuestros esfuerzos y por otra parte el divino roce que llegará a activar lo que habéis acumulado. Todo ello viene para indicar que hacen falta tanto esfuerzos personales como bendiciones divinas.

Este es el camino a seguir para comprender qué es lo que hay o no hay que hacer. Mientras se esté permaneciendo bajo la influencia de la ilusión, estaremos muy ocupados en hacer lo que es prohibido y muy perezosos en hacer lo que se nos recomiende. La mayoría de la gente está obrando por su bien, están muy ocupados simplemente en cavar su propia tumba. Si pudiéramos darnos cuenta de los resultados de nuestros actos, creo que seríamos mucho más prudentes y razonantes – pensando en los extremos opuestos. Al darnos cuenta de las consecuencias desastrosas de ciertas actividades nuestras, hubiéramos sido más prudentes y reservados en nuestros actos y obras, al igual, al darnos cuenta de las bendiciones y de los maravillosos resultados que hubiéramos podido obtener a través de actividades espirituales, estaríamos muy ocupados en realizarlas.

Simplemente, no basta con ser activo. Debemos agregar cierta inteligencia espiritual a nuestros actos y obras. La actividad es el cohete. La inteligencia será nuestra alza para llegar a alcanzar la meta. Por todo ello debemos seguir buscando qué es bueno o malo, qué es correcto o incorrecto.

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[1] Bhagavad Gita 4.16