Sharanagati

Collected words from talks of Swami Tirtha




 

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“Por la mañana siguiente,  Jagadananda fue a ver a  Dios y  entonces  Mahaprabhu le dijo: „Mi querido  Pandita, Me has traído aceite de  Bengalí, pero perteneciendo Yo al Orden del Renuncio, no puedo aceptarlo. Entrega este aceite al templo de  Jagannatha  y allí pueden quemarlo en las lámparas. De tal modo tus esfuerzos en preparar el aceite resultaran provechosos y con frutos.” Jagadananda Pandita  Respondió: “Quien Te ha contado esta mentira? Yo nunca he traído ningún aceite de Bengalí.”  Ya veis  que Pandita se sintió algo molesto, verdad? “Luego de haber dicho esto, Jagadananda Pandita  fue a su aposento y trajo el cántaro con el aceite, lo echo en el patio para que lo viera de sus  ojos  Shri Chaitanya Mahaprabhu  y lo hizo pedazos. Después de romper el cántaro,  Jagadananda Pandita volvió a su casa, cerró la puerta con llave y se echo a su cama…”[1]

Por supuesto Pandita se sintió devastado por el renuncio de su servicio que había manifestado Mahaprabhu. Además, Pandita era  devoto apasionado, tal vez se parecía en sus fuertes  emociones  a un honrado  devoto búlgaro… Hasta  tal grado que: “Si Tu no aceptas mi servicio, oh, vaya a los diablos este aceite!” Y de tal modo  simplemente echo a perder los 15 kilos de oro, puesto que la ofrenda no fue aceptada por Dios. Y que es lo que paso a continuación? Regreso a su casa y se escondió.

“Tres días más tarde, Shri Chaitanya Mahaprabhu fue a su puerta  y le dijo: “Mi querido  Jagadananda Pandita, levántate, por favor. Hoy quisiera cocer personalmente Mi  almuerzo. Ahora voy a ver a Dios en el templo. Regresare  a mediodía…” Luego de haber dicho esto,  Shri Chaitanya Mahaprabhu se fue y  Jagadananda Pandita se levanto en su cama, tomo su baño y se puso a cocer variados vegetales. Luego de haber terminado Sus deberes rituales, el Dios vino para el almuerzo.  .  Jagadananda Pandita lavo Sus pies y dio al Dios  un asiento. Había cocido arroz fino con  ghee y había puesto todo un montoncito de comida en una hoja de banana. Había allí diferentes vegetales y alrededor del montoncito había también hogarcitos, arroz dulce y otras especies de Prasad de Djagannath. El Dios dijo: “Pon otra hoja con arroz y vegetales y así tu y Yo podremos almorzar juntos hoy…”  Shri Chaytanya Mahaprabhu tenía las manos levantadas y no quería  aceptar algo del prasad, mientras que Shri Chajtanya Mahaprabhu le hablo con gran ternura y afección y Sus palabras eran: “Te pido que tomes Tu primero del prasad, yo comeré mas tarde. No voy a rehusar Tu petición…” Entonces  Shri Chaytanya Mahaprabhu muy placentero acepto el almuerzo. Luego de haber probado los vegetales, El se puso a hablar:”No obstante cocida en animo iracundo, tu comida es tan sabrosa! Esto demuestra la satisfacción de Krishna contigo. Puesto que Krishna va a comer personalmente  de  este manjar, seguro que te Habrá  obligado a cocer un manjar tan sabroso. Tú Le has ofrecido un arroz al néctar! Quien puede alcanzar los limites de tu Buena suerte!?” Djagadananda Pandita respondió: “Lo ha cocido el que  lo va a comer. Yo únicamente he reunido los ingredientes.” Djagadananda  Pandita no cesaba de ofrecer diferentes vegetales al Dios. Por miedo de ofenderlo, el Dios siguió comiendo  alegremente sin decir nada. Djagadadananda Pandita seguía  invitando ardorosamente  al Dios de comer más y más  y El acepto diez veces más comidas que en otros días. Cada vez que el Dios quería levantarse  de la mesa, Djagadananda Pandita. Le volvía a ofrecer todavía más vegetales. Shri Chaytania Mahaprabhu no se atrevía de impedírselo. Simplemente seguía comiendo por miedo de que Djagadananda fuera a ayunar apenado de la negativa. Finalmente el Dios dijo con respeto: “Mi querido Djadananda, ya me has forzado da comer diez veces más de lo habitual. Te pido que  te pares a hacerlo.” Shri Chaytania MMahaprabhu se levanto, se lavo la boca y las  manos  y en este momento Djagadananda  trajo condimentos, guirnaldas y pasta de sándalo. Habiendo aceptado la pasta de sándalo y las guirnaldas, el Dios se sentó y dijo: “Y ahora, siéntate a comer ante  Mis ojos!!” Djagadananda respondió: „Señor mío, vaya a descansar. Yo tomare prasad luego de haber terminado mis asuntos. Rama y Pandita  y Raghunata Bhata han cocido conmigo y yo quiero darles arroz y vegetales…”[2]Ya veis los  diferentes trucos  que usan los de los waisnavas  para evadirse? “Entonces Shri Chaytania Mahaprabhu ordeno a Govinda: “Te quedaras aquí. Cuando Pandita  termine de comer, ven a “a Mi para avisarme.” Dijo esto Shri Chaytania Mahaprabhu y salió. Djagadananda Pandita dijo a Govinda: “Vete rápidamente a hacer masaje a los pies de Dios! La puedes decir: „Pandita acaba de sentarse a comer. Yo voy a guardar algo de los restos de la comida para ti. Cuando El se duerma, ven  a recibir tu ración…”  De este modo Pandita distribuyo los restos de la comida del Dios a Ramay, Nanday, Govinda y Raghunatha Bhata. Pandita  recibió también restos de la comida de Shri Chaytania Mahaprabhu.

Entonces el Dios volvió a ordenar a Govinda dicieno: „Vete a ver si Djagadananda Pandita está comiendo. Y torna rápido  a Mi para decírmelo.” Habiendo visto que Djagadananda estaba comiendo de versa, Govinda aviso al Dios, El se calmo y se acostó a dormir. Las relaciones afectuosas entre Shri Chaytania Mahaprabhu y Djagadananda siguieron desarrollándose de este modo, se parecían exactamente  a las relaciones entre Satyabhama y el Dios Krishna, relatadas  en  la escritura „Shrimad Bhagavatam.”Quien podrá apreciar los límites de la felicidad de Djagadananda Pandita? El constituye el ejemplo de su propia suerte. Cualquiera que oiga   la historia de las relaciones afectuosas entre  Djagadananda  Pandita y Shri Chaytania Mahaprabhu o  cualquiera que lea  el libro de  Djagadananda „Prema Vivarta”, podrá comprender que es el amor. Y más aún: podrá alcanzar el amor extático por Krishna. Rogando y diciendo plegarias a los pies de loto de Shri Rupa y Shri Ragunatha, siempre sedientes por Sus gracias y Mercedes, yo – Krishnadasa lo relato en la escritura  „Chaytania Charitmrita  y voy siguiendo sus pasos.”[3]

Luego, siempre  ha existido  una variedad de rasa. Hay numerosos y diferentes  modos   para la  conexión con Dios y con los devotos. En esta historia  llegamos a ver  como a veces, cuando el devoto se sienta  agraviado, siempre habrá modo de  serenarlo.

 

 

[1] Caitanya Caritamrita Antya Lila, 115-120

[2] „Чайтаня Чаритамрита”, Антя Лила, 121-143

[3] „Чайтаня Чаритамрита”, Антя Лила, 122-155



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