Sharanagati

Collected words from talks of Swami Tirtha




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En un encuentro parecido a éste se ha planteado una pregunta. Teníamos en aquel entonces un buen amigo nuestro, un bhakta prospectivo aunque esté algo hesitando. Nos planteó la pregunta: “Bueno, ¿qué es lo que usted aconsejaría al fulano que aspira a ser devoto dedicado pero está hesitando?” La respuesta fue: “Podemos venir con cualquier excusa explicando porqué „no” – por qué no llegamos a ser servidores felices amando al Supremo.

“Oh, soy demasiado joven, quiero gozar de la vida.” “Soy demasiado viejo, ya no puedo ocuparme de estas prácticas.” “Soy demasiado pobre.” “Soy demasiado rico”. Tenemos cantidad de excusas tontas – porqué no. ¡Debéis aspirar a buscar con igual entusiasmo porqué „sí”! Hay sólo dos cosas que podemos perder. Una cosa perdemos al llegar a ser devotos dedicados y otra que perdemos si no llegamos a serlo. ¿Qué es lo que queréis oír?

Kripadham: La negativa.

Tirtha Maharaj: ¿La negativa? Si ambas son positivas. ¿Y la primera cosa?

Kriphadam: Al no llegar a ser devoto dedicado, allí hay un “no”.

Tirtha Maharaj: Al no llegar a ser devoto dedicado, vais a perder el éxtasis

Lilavatar: ¿Qué cosa positiva hay en ello?

Tirtha Maharaj: Bueno, nadie será tan estúpido que para perder el néctar… Y la otra pérdida – al llegar a ser devoto dedicado – lo que perderemos son nuestras cadenas

Kriphadham: ¿De qué cadenas se trata?

Tirtha Maharaj: De adicciones materiales.

Lilavatar: Por lo tanto debemos vivir con todas esas cosas…

Tirtha Maharaj: No, estamos vivos por la gracia de Dios. A veces ella se manifiesta en forma de energía, a veces en forma de bendiciones y otras veces en forma de comida, de dinero, de transporte. Debemos ver en la gracia divina plasmada y funcionando en cualquier cosa. Es la fuerza motriz disimulada. La forma obvia puede ser diferente pero siempre en fin de cuentas es y está ésta misma y última fuerza.

Pregunta: ¿Podría Usted explicarnos cómo estamos perdiendo nuestras cadenas?

Tirtha Maharaj: Perder las cadenas significa libertad. En efecto, tu pregunta es:

“¿Cómo llegar a adquirir la libertad?” Simplemente hay que salir de la prisión. Ocurrirá si ha expirado ya el plazo de la sentencia; o si trabajáis con celos en cavar un túnel o cuando el Rey diga: “Te absuelvo, ¡te acuerdo mi gracia, hijo mío!” Podemos perder nuestras cadenas al haberse expirado y concluido nuestro karma. El proceso es largo. Podemos trabajar duro cavando el túnel – son diferentes caminos para llegar a concluir el proceso de la realización personal. La faena es dura. Y ¿qué es lo que pasa si una vez acabado el túnel éste desemboca en la celda vecina? ¡Mala suerte! El mejor camino será el de esperar por la gracia. A veces podéis escribir una carta: “Oh, mi amado Rey: Estoy sufriendo aquí. ¡Líbrame por favor!” Esto funciona.

Como acabamos de ver, hay distintas modalidades para alcanzar una meta; algunas resultan más prácticas que otras. Debemos usar nuestro intelecto, debemos hacer una buena elección sin perder tiempo. Habiendo aplicado el método de tomar conciencia de nuestra verdad esencial, iremos acercándonos a esta idea y a la realidad de la libertad. Sin embargo, la libertad espiritual es una revelación mística. En realidad, en la esfera material sólo pensamos que somos libres: “Tengo mi libertad”. Por lo tanto allí nos están vigilando y controlando – los instintos, la cultura, las oportunidades y cualquier otra cosa. La verdadera libertad llegará cuando estéis listos a concordar con lo que Dios desee y mande.

Al decirle a Dios: „ ¡Sí!”. Y que no sea un „sí” para ti mismo, sino un „sí” para Él. Ello significa renunciar de nuestra llamada libertad y entregarnos a la voluntad divina. Nos parecerá como si perdiéramos la libertad pero en realidad ganaremos la verdadera libertad, la libertad espiritual. Por esta razón hablamos de proceso místico. Parece ser una pérdida pero en realidad es un beneficio.



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