


Sharanagati
Collected words from talks of Swami Tirtha
May
14
Cuando uno o una quiere a otro u otra y cuando se trate de un amor grande y romántico – a veces ocurrirá, ¿no es cierto? Cuestión de dos días o dos semanas… Luego uno viene en sí… Sea como fuera, el romanticismo existe. Estas emociones románticas suelen encontrar decepción ya que el hombre ideal echa a correr tras otra mujer o la bellísima princesa elige a otro. Viene la decepción, la frustración. Por lo tanto cuando se quiere de veras, existirá la oportunidad de asociarse a la persona amada a través del nombre.
Quizás, sea dicho de otro modo – siendo padre o madre, amáis mucho a vuestros hijos. No obstante, después de pasados quince o veinte años de servicio abnegado y plena dedicación de energía y amor, comenzando por tres años limpiando nalgas y traseros, cambio permanente de pampers o pañales, corriendo y ajetreando, buscando comida… Tomando por vuestra cuenta cargos y cuidados y después de los veinte años pasados, ¿qué es lo que dicen los hijos? “¡Adiós, papá, iré siguiendo mi propio camino!” Por lo tanto, tenéis la oportunidad de llamar a vuestros hijos e hijas por sus nombres y de este modo llegáis a realizar conexión y comunicación con ellos. A pesar de que ellos ya han llegado a ser independientes y a crecer como individuos, han llegado a tener personalidad, ellos siguen permaneciendo en vuestros pensamientos, sueños de padre y madre, siguen estando presentes en vuestras plegarias en las que podéis incluir sus nombres. Entonces quedan satisfechos sin poder por lo tanto gozar de la compañía de los seres amados, ya que sigue permaneciendo la conexión, el recuerdo y cierta realidad.
En conclusión, no hay diferencia entre el nombre y el nombrado. Cuando lleguemos a tocar y a saborear todo ello, cambiará de modo revolucionario nuestra comprensión.
Pregunta de alguien: Para mí resulta más fácil aceptar que nombre y nombrado son la misma cosa cuando se trate de algún concepto como Dios a algo similar y no cuando se trate de una persona o de algo material.
Tirtha Maharaj: Dios no es un concepto.
Alguien: Sí, pero ¡no se Le puede ver!
Tirtha Maharaj: Tal vez tú no llegues a ver, pero yo sí Le veo.
Alguien: Ya sabes que El existe y llegas a tener precepción de Él pero yo pensaba en algo que no cabe en forma concreta, algo que no es como las demás cosas concretas y físicas. Tirtha Maharaj: Es verdad, Dios no es una vivencia física. Es una experiencia metafísica. Por lo tanto vosotros tampoco sois materia, no sois físicos, vosotros también sois seres metafísicos y tenéis la oportunidad de tener semejante experiencia metafísica. En el plan material pensáis que llegáis a ver algo, pero no veis, sois ciegos. En la esfera material pensáis haber oído algo, pero no llegáis a oír, sois sordos. Pensáis que podéis tocar algo, sin embargo sois tuertos. Sin embargo, al llegar conectaros con el Supremo, todos vuestros sentidos llegarán a ser meta-sentidos. Y entonces Krishna puede darnos ojos para verle, orejas para oírle, olfato para sentir la fragancia. Será la perfección de los sentidos. Cuando lleguemos a ver la bellísima forma del Dios Supremo, será cumplida la perfección de la vista. Todo depende del arreglo finísimo y de la purificación de los sentidos, Dios es personalidad, Dios es una forma concreta. Debemos tener los ojos internos, los ojos espirituales para llegar a percibir Su hermosura. Por lo tanto, esto es posible.
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