Sharanagati
Collected words from talks of Swami TirthaOct
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Pregunta de Hari Lila: Frecuentemente en la vida se nos impone trabajar con cosas materiales y claro está que también frecuentemente nos enfocamos sobre lo material. Por ejemplo yo estoy trabajando con mucha gente pero yo soy muy emotivo y como el control sobre esta gente forma parte de mi trabajo, sus errores me preocupan y me angustian mucho. Quisiera saber cómo protegerme de este tipo de meditación.
Tirtha Maharaj: Acaso resultaría algo rudo por mi parte interpretar tu pregunta en el sentido: ¿cómo protegerme de los errores de otra gente y no envolverme emocionalmente en sus problemas?
Hari Lila: No, me doy cuenta que así voy hundiéndome aún más en el lodo.
Tirtha Maharaj: Nuestro principio básico debe ser que cada uno aspira a dar lo mejor de sus capacidades. Naturalmente en una situación ideal esto es muy fácil – en un hermoso y harmonioso ashram en el que todos tratan de competir en prestar los mejores servicios. O en una relación familial de quietud, afección y entendimiento mutuo.
Por lo tanto, en el campo de batalla es mucho más difícil observar cómo cada uno, incluso los rivales, trata de dar lo mejor de sí. Sin embargo debemos tener la visión que todo está bajo control. No hay nada casual. La mente lo comprende con facilidad. Siempre hay una razón por la que los errores ocurran y por la que estos errores nos afectan tanto.
Hablando con toda honestidad, no creo que sea posible explicar en teoría todo esto, ni que nos sea posible superar el problema. Es que comprender algo por el intelecto no significa necesariamente poder encontrar aplicación práctica. Sin embargo llegará el momento en vuestra vida cuando os encontraréis ante un umbral. Y el problema tendrá su solución cuando entréis por la puerta. Porque esto indicará que ya habéis alcanzado un nivel superior en el que el mismo problema que hasta el momento os causaba tantas dificultades ya lo podréis soportar sin apremio.
Esto es lo que se llama llegar a la lucidez por etapas. La expresión en sanscrito es
krama-moksha, sea adquirir la perfección paso a paso. No se llega a tener lucidez completa sino tener un poco menos problemas. Hay que esperar la llegada de este momento en vuestra vida y no hay que permitir a las emociones de barreros afuera. Debéis aspirar a guardar vuestra independencia.
¿Puedo contar una historia en este contexto? Una vez cierto bhakta fue a visitar Vrindavana – es una historia india. Hay un principio básico para los que van a visitar India –
¡No hay que sorprenderse ni asombrarse de nada! Hay también un segundo principio – no hay que criticar lo que no se llega a comprender. Si recordáis estas dos cosas estaréis a salvo. ¡Ya que allí veréis cosas increíbles! ¡Ni podéis imaginarlas! Por resta razón necesitáis un guía. Sea como fuera, todo ello es otro tema.
Cuando visitéis un lugar santo, no hay que criticar – es un principio básico. Lo hemos comprendido y sin embargo cuando nos engañan o nos maltratan comenzamos a protestar. Cuando estéis regateando con los rikshavallas y ya sabéis que el precio real es de diez rupies pero ellos reclaman doscientos vuestra leve protesta es muy natural. Por lo tanto no debéis olvidar que cuando en Vrindavana Radharani quiera cobrar cierta tasa de entrada, debéis estar listos a pagar el precio. Aquel día nuestro buen bhakta estaba un poco frustrado y hasta indignado y se puso a discutir y a expresar su opinión a los vendedores. Y con los vendedores en las tiendas de Vrindavana hay que poner mucha atención. Es verdad que algunos de ellos son multimillonarios gracias a devotos dedicados del Occidente pero a pesar de ello siguen siendo servidores directos de Krishna morando en Su casa. Tienen un estatuto muy especial. La práctica habitual es que el vendedor pida un precio mucho más alto que el precio normal. Entonces se comienza a regatear un poco y él va a proponer un precio mejor. Pero nuestro amigo bhakta. Expresó su opinión “Usted lo hace adrede. Seguro que me está tratando asé por alguna razón especial.” Sin tardar el vendedor se manifestó en cualidad de gurú. Dijo: „No, no, estamos realizando nuestro servicio”
Por esto tenemos que poner atención, mucha atención. La gente de allí es especial, no son comerciantes ganando dinero. Tienen una actitud muy específica de meditación. A pesar de todo nuestro buen hombre se sintió muy disgustado y cometió un error – a esto se le llama
aparadha. ¿Y qué es lo que ocurrió? Se enfermó antes de anochecer y se enfermó tanto que ya no podía moverse. Entonces, tras el error cometido y su consecuencia se dio cuenta que nadie estaba libre, que todos estaban bajo control. Puesto que Krishna está tocando su flauta, el vendedor propone su precio y vosotros aunque disgustados debéis pagar el dinero reclamado. Nadie está libre, todos estamos bajo el control divino.
¿Por qué os estoy contando esta historia? Porque tus empleados están bajo control. Hasta sus errores están bajo control. No pueden actuar de otro modo. Deben adoptar el modo que se les impone por el momento. No se trata de combate personal contra tu persona, es el único modo posible que tienen para actuar.
(Sigue continuación)