Sharanagati
Collected words from talks of Swami TirthaJan
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Pregunta: Aquí mismo, el primer verso del Canto[1] se termina con: “Líbrame, por favor de cualquier aspiración de honra personal”. No sé si la traducción es correcta. ¿Honra/ honor personal?
Tirtha Maharaj: Honra en el sentido de respeto o búsqueda de apreciación. Es una sutil satisfacción de la identidad creada: “Siempre que me traten bien me sentiré feliz. Cuando no me traten bien no seré feliz.” En este sentido.
Pregunta: Y mi pregunta es: ¿Por qué nos hace falta librarnos de estas aspiraciones? Por nuestra naturaleza las tenemos y por supuesto todos tratamos de satisfacer nuestras aspiraciones por medio de nuestros cinco sentidos, adquiriendo de tal modo placer y felicidad. A primera vista ello parece contradictorio ya que con nuestro descenso aquí nosotros estamos llenos de ganas, deseos y aspiraciones y de pronto se nos exige y se espera de nosotros que vayamos a abandonar estos deseos aquí y enseguida.
Tirtha Maharaj: Bueno, ¡no aquí ni tampoco enseguida! El proceso es lento pero eficaz.
Comentario: A mi modo de entenderlo, incluso debemos rezar por piedad en este sentido.
Tirtha Maharaj: ¡Sí! “Si los deseos egotistas fuesen erróneos, entonces ¡líbrame por favor de los errores!“ Y la satisfacción de nuestros cinco sentidos nos proporcionará tan sólo una sombra de la satisfacción real. Por lo tanto, la satisfacción espiritual e interior es mucho más completa. Todos se echan a correr satisfaciendo los cinco sentidos – y sin embargo nadie quedará feliz con ello. Cada uno quiere algo más, algo diferente, lo más allá. La satisfacción real vendrá cuando ya no os tornéis hacia afuera sino hacia adentro. No renegamos los órganos de los cinco sentidos pero tratamos de usarlos para server a Dios. Contemplamos la belleza del altar, escuchamos la bhajan. Ya sabemos que nuestros ojos a veces se nos van por ahí o por allá y a pesar de ello no vamos a sacarlos de sus quicios porque sabemos que de vez en cuando se nos admitirán ciertos desvíos y seguiremos tratando de concentrarlos¡ de llevarlos al yoga – y yoga significa control. En práctica todos los demás sentidos pueden estar ocupados en el servicio al Supremo, puesto que por medio de nuestros sentidos somos capaces de percibir sólo la esfera material. Pasando más allá de los sentidos podremos percibir y contemplar lo que está más allá. Atah shri-krishna-namadi/ na bhaved grahyam indriyaih/ sevonmukhe hi jihvadau/ svayam eva sphuraty adah[2] -“Simplemente no será posible percibir al Supremo sólo por medio de los sentidos pero cuando despierte en nuestros corazones la disposición y la aptitud del servicio ya llegaremos a advertirlo con la purificación.” Por medio de los súper sentidos, por medio de los sentidos purificados podremos llegar a percibir un universo diferente así como llegaremos a sentir una satisfacción diferente. Sin embargo todo ello es un proceso.
Comentario: Todo ello va haciéndose más comprensible para mí y puedo llegar a aceptarlo. Por lo tanto, la vida afuera va desarrollándose en dirección opuesta. Desgraciadamente, de momento, las cosas van manifestándose se de este modo.
Tirtha Maharaj: Sin embargo estamos tratando y obrando muy duro para cambiar la situación.
Pregunta: Entonces, ¿podría Usted explicar por qué en el mundo nuestro prevalecen las manifestaciones de los cinco sentidos y no prevalece lo que Usted está tratando de cultivar? ¿Por qué?
Tirtha Maharaj: Bueno, no es así. Lo que prevalece va obrando a favor de Dios. Es que la Tierra es insignificante en el Universo, igual que una minúscula partícula de polvo, somos unos mil millones de gente cultivando nuestras ilusiones por aquí o por allá. Se afirma que en la Guerra de Kurukshetra han perecido seiscientos cuarenta millones entre la gente. Se afirma también que cuando Krishna está cuidando el pasto de las vacas, en práctica Él está cuidando el pasto de varias mil millones de vacas. ¿Podéis imaginar estas varias mil millones de vacas pastando en un pequeño trozo de tierra? Ya diréis: “Oh, esto es un hermoso cuento”. Pero Dios hace milagros, es milagrero. Puede hacer lo que le dé la gana. También su séquito y su ambiente pertenecen a otras dimensiones. No se trata de una pequeña aldea sino del epicentro de la Creación.
Las dimensiones dependen del punto de vista. Ahora aparentemente aquí están sentados algunos devotos dedicados mientras que millón y medio de fulanos van corriendo allí afuera. Por lo tanto yo os diré que este grupo aquí puede salvar a todos los que están afuera. Con la luna llena, ¿qué importan los millones de estrellas que tiritan en el cielo? En realidad los servidores de Dios son más numerosos que los que rechazan el servicio a Su favor. ¡Os ruego me ayudéis a explicarlo a los otros! Entonces para la próxima conferencia debemos hallar un nuevo ashram, no vamos a caber en esta sala.
Por otro lado, en “Gita” Krishna dice: “En medio de los millares uno buscará la perfección”[3]. No hay que sorprenderse que en la práctica la gente va llevando una vida inconsciente. La gente va corriendo guiada por el dictado de sus sentidos, de sus instintos, de la tradición material y obedece a lo que ha aprendido. Al observar cómo vive la gente ya veréis que su vida se parece a un teatro de títeres – muchos fulanos no llevan una vida individual, se dejan conducir por ciertas fuerzas. Por lo tanto ello no significa que si podéis observarlo ya sois mejores. Significa que sois más dichosos, que tenéis más suerte. Siendo capaces a comprender las reglas ocultas del juego, la matriz de la ilusión mundana será destrozada. Ya podréis atravesar la selva de la vida material y alcanzar el objetivo supremo.
Lo que llegaremos a percibir con nuestros sentidos no será más que un minúsculo segmento de la vida. La mayoría de cosas y fenómenos quedarán más allá de la percepción de los sentidos. Puedo afirmar que se trata de la mayor parte, la más importante. Debéis seguir buscando y cuanto más llegamos a comprender tanto más nos vamos a dedicar al objetivo supremo. La gratificación será adecuada.
[1] „Kripa bindu diya”, Bhaktivinod Thakur
[2] Bkahti Rasamrita Sindhu 1.2.234
[3] Bhagavad Gita 7.3