Sharanagati

Collected words from talks of Swami Tirtha




 „Cuando el ser encarnado sea capaz de alzarse trascendiendo encima de estas tres  gumi – modalidades ligadas con el cuerpo material – , entonces el ser encarnado podrá liberarse del nacimiento, de la vejez, de la muerte y de los sufrimientos que los acompañan, podrá saborear el néctar todavía aquí  en esta vida..”[1]

Hay dos categorías básicas en este verso: “dehi” y  “deha”; en primer lugar la persona que ha adoptado un cuerpo y luego el cuerpo mismo. Deha es la restricción mientras que dehi es el o la que está sometido a restricción. Por ello podríamos afirmar que cualquier ser vivo constituye una sociedad de responsabilidad limitada. ¿Por qué? Porque no puede ser completamente libre en sus actos y acciones. Está restringido en su cuerpo, luego el cuerpo está cogido en los límites del tiempo, del espacio, de las posibilidades y oportunidades, del Karma… Y a pesar de todo es y se siente libre de límites y restricciones, ya que no hay límites para la merced, la merced es salvación.

Vamos a detenernos un rato en las restricciones. Deha es la encubierta exterior, el cuerpo. Por asombroso que parezca, esta pequeña cosa es capaz de encubrir y de restringir las ilimitadas aptitudes del alma. Esto nos comprueba que el alma divina se encuentra bajo el impacto de la ilusión; a no ser así, ¿Cómo podría ocurrir que la perfección del  alma pueda someterse a restricciones por parte de algo tan mínimo e insignificante como el cuerpo? De plantearse las cosas de este modo, si hubiésemos degradado, lo limitado cubriría lo ilimitado, ¿no es cierto?

Lo ilimitado en el sentido de lo que es diferente por su cualidad – la materia es capaz de encubrir el espíritu, la chispa espiritual. Nuestro objetivo sería en tal caso de hacer revolver el proceso, de modo que lo espiritual pueda penetrar desde el interior para encubrir lo material afuera.

Y si la materia que encubriese el espíritu fuera limitación y falta de libertad, deberíamos darnos cuenta que el poderío del espíritu sobre la materia  – es la libertad. Por consiguiente,  el „Gita” y esta doctrina resultan muy lógicos. Del mismo modo, como si la nube  pudiera encubrir el sol; son pues dos cosas inconmensurables, ya que el sol es enorme y resulta imposible encubrirlo y sin embargo, una pequeña nube puede encubrirlo para nuestra mirada. Entonces, la nube nos parecerá tan enorme que puede encubrir el sol aunque desde otro punto de vista se trata de una ilusión. Del mismo modo, el insignificante cuerpo llega a adquirir importancia y el falso egoísmo ligado a nuestra conciencia corporal adquiere tanta intensidad que logra a encubrir la chispa espiritual que llevamos dentro de nosotros. Al considerar todo esto desde cierta distancia o desde una mejor posición  ya veremos la diferencia.

Nosotros estamos plenamente dispuestos de servir a deha, de servir al cuerpo. Vemos cómo los padres aspiran a hacer todo lo posible para enseñar a sus hijos  a servirse correctamente de su cuerpo: les enseñan las modalidades de comer, de lavarse y asearse, de comportarse como es debido – durante todo el tiempo los padres tratan a inculcarles a sus hijos las reglas  relacionadas al   manejo y a las atenciones para el   cuerpo. Por lo tantos vosotros,  siendo madres y padres, tenéis una obligación más – enseñar a vuestros hijos a servir a su alma, a su esencia espiritual más  recóndita – enseñarles cómo llegar a ser verdaderos individuos inspirados.

Es un deber hacia nosotros mismos – debemos ponernos a servir a nuestro propio espíritu, a nuestra identidad espiritual, a dehi – a aquella esencia encarnada. Y no hay que detenerse en  deha, hasta allí no hay más que restricciones, nos hace falta alcanzar a dehi, al individuo adentro y debemos salvarlo.

Pregunta de Yashoda: En shastras  se afirma que el alma es menor que la punta de una aguja. Y otra comparación más: una vez Usted ha dicho que las divinas murti nos parecen pequeñas ya que nosotros estamos lejos de ellas. ¿Acaso ello significa que también el alma está situada lejos del cuerpo y por esto el cuerpo que la encubre nos parece mucho mayor que el alma? Al igual que el caso de la nube y el sol.

Tirtha Maharaj: Es el juego de la ilusión. Como lo he dicho al principio, siempre cuando lo pequeño alcance a encubrir lo grande, será juego de la ilusión. Por lo tanto, en  “Sigue a los ángeles” Shrila Shridhara Maharaj dice que cuando lo pequeño alcance a controlar lo grande, esta actitud especial se llama amor. Se ha agregado algo, no se trata simplemente de algo grande o pequeño, la esencia está en la relación anímica. Los cuerpos de las almas se encuentran limitadas en la brutal conciencia corporal en resultado de reacciones de Karma. Para los que se encuentran en la   brutal conciencia corporal, el cuerpo no es más que reacción de su propia Karma. En esto no hay amor ni mucho menos. Se trata de Acto – consecuencia, pagas el precio y recibes por consiguiente. Sin embargo, para los devotos dedicados  hasta los cuerpos  se transforman en instrumentos. De modo que, al modificar nuestra conciencia, entonces la consecuencia como quien dice se transforma en protección.

¿Entendéis? El cuerpo es consecuencia pero si cambiamos, si llegamos a ser devotos dedicados, entonces incluso este resultado de nuestros comportamientos anteriores, de nuestros anteriores pensamientos y deseos, llegará a transformarse en  socorro con vistas a nuestro crecimiento espiritual.  Entonces el amor se manifiesta en las funciones del cuerpo. Entonces podremos afirmar que el cuerpo encubre el alma con amor, ya que de otro modo la encubre con ilusión.

 



[1] „ Bhagavad-gita” 14.20



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