Sharanagati

Collected words from talks of Swami Tirtha




mind

En este mundo hay tantos mensajes. ¿Cuál es el mejor mensaje? El mejor mensaje es la palabra de Dios. Por lo tanto necesitamos no sólo la palabra, no sólo un mensaje verbal, necesitamos un mensaje cantado. Y el mensaje es el Gita. Gita significa canto. Por esta razón vamos a leer algo de este libro tan santo. Bhagavad Gita – el canto divino. Entonces no es la palabra de Dios, es el canto de Dios.

Puesto que estamos de acuerdo en que el control de la mente es un deber esencial de cualquier practicante espiritual, vamos a repetir este verso: “Con la ayuda de nuestra mente debemos librarnos y no debemos degradar. La mente es amigo del alma acondicionada pero también es su enemigo.” Y sigue luego: “Para el que ha sabido vencer su mente, la mente será su mejor amigo, para el que no ha podido hacerlo, su mente será su mayor enemigo.”[1]

Entonces, ¿cómo es nuestra mente? ¿Es la expresión de nosotros? ¿Es la manifestación del alma nuestra? ¿Es nuestro corazón? ¿Es nuestro cuerpo? ¿Es un reflejo? ¿Cómo es, qué es? Algunos dicen que la mente existe sólo en la plataforma material, otros afirman que la mente existe en la plataforma mental mientras que otros a su vez claman que la mente existe hasta en la esfera espiritual. Hay una multitud de interpretaciones, hay un sinnúmero de ideas referidas a la mente. Por lo tanto, ¿cómo es, cómo se presenta nuestra mente? Se parece a un espejo reflejante. No es el alma, tampoco es el cuero – está en medio camino entre los dos. Puesto que si por alguna razón el cuerpo deja de funcionar, en un delirio o en un desmayo, la mente seguirá funcionando a pesar de ello.

Tres funciones están presentes en la mente; pensamiento, voluntad y sentido. Con tal que nos sea posible identificar nuestra capacidad de pensamiento, voluntad y sentido – se manifestará nuestra mente. Debo deciros que la mente no puede localizarse en la punta de los dedos, en el cerebro tampoco, está en otro sitio por allí. Va penetrando en nuestro cuerpo y se encuentra enfocado en el chakra del corazón. No es un cualquier elemento tosco del cuerpo, es más refinado. Se le considera ser un elemento material, pero es más delicado, más tierno, más sensible que los elementos toscos y rudos como suelo, agua y demás. Tiene una naturaleza duende. Los elementos materiales básicos son consecuencias. Por lo tanto, por su naturaleza refinada, la mente posee también el aspecto de causa. Están presentes ambos aspectos – causa y efecto, efecto y causa. Puesto que de la mente podemos decir que es el reflejo del alma y en este sentido se puede afirmar que es una consecuencia. Sin embargo también es causa y razón de las actividades sensitivas, de las funciones del cuerpo etc. Parece ser la conexión entre el cuerpo y el alma. También podemos compararla con el panel de mandos de un coche. A través de la mente podéis conectaros con el motor. El cuerpo es el motor o el coche, el conductor es el alma. A través y por medio de la mente podéis manejar el coche. La función de la mente es de proporcionar la conexión. Por lo tanto en caso de incorrectas indicaciones de los aparejos en el panel de mandos conduciréis el coche con demasiada velocidad y ya pagaréis el precio. He oído que el sistema va cambiando también aquí, en Sofía: No va a deteneros un policía corrupto a quien untaréis la pata con diez levas. Sacarán una foto para acompañar la cuenta de la multa a pagar. La asociación a la Unión Europea significa que ya debéis pagar el precio. El comentario no contenía nada de política.

Ya sabéis, la vida va complicándose. A veces nuestra mente funciona como el dispositivo de mando a distancia del aire acondicionado – unas veces funciona, otras veces no, unas veces transmite la información, otras veces lo hace sin alcanzar el efecto deseado. Así se presenta nuestra mente cuando funciona correctamente – está bien, alcanzaréis la meta, pero si no funciona bien – se van amontonando los problemas….

Por esta razón, siendo practicantes espirituales, debemos dominarla, debemos someterla a nuestro poder. La mente no debe controlarnos, nosotros tenemos que controlarla. Bueno, si os quedáis en casa sentados en un sillón, podéis pensar: “Oh, ya llego a dominar mi mente”. Y con sólo llegar a afrentaros con cierta persona, ya perdéis el control y la cabeza, ya estáis exasperados.

Desde otro punto de vista la mente tiene dos funciones – aceptar o rechazar. A veces aceptáis conceptos falsos, por ejemplo „Ya puedo dominarme” y es falso. Otras veces no llegamos a aceptar las cosas como son, no llegamos a creer en la realidad. Por consiguiente a veces creemos en conceptos falsos, otras veces no creemos en la realidad. Debemos encararnos a ciertas circunstancias para comprobar si en realidad estamos dominando nuestra mente o no. ¿Para qué debemos dominar la mente? Para alcanzar nuestras metas espirituales. Incluso en la plataforma material con tal que estemos enfocados nos resultará muy fácil alcanzar nuestras metas. Quien no esté enfocado, no logrará.

 

(Sigue continuación)

 

[1] “Bhagavad Gita”, 6. 5- 6



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